martes, 3 de junio de 2014

Capítulo 14, de odas trascendentales comunes

Lo elemental está siempre ahí. Parece que pendiente de cumplir su función, de captar nuestra atención para lo más primario, y tras cumplir su necesidad, desaparecer de nuestra mente.

Por ello, cuando lo esencial nos falta, lo que creemos secundario se convierte en fundamental, la vida cobra el verdadero sentido que tiene de valorar todo en su justa medida y con la atención que todo lo que nos rodea precisa.

Un ejemplo pueden ser las palabras que se agolpan en la mente furibundas por encontrar su posición exacta en esta carta al infinito que lanzan los frenéticos dedos contagiados del febril impacto tras percutir el teclado sin culpa ni temor. Esas palabras, normales cuando esperan su momento de apuntalar una idea, son esenciales y especialmente apreciadas cuando no se asoman por más que se las ruega. Por tanto, una oda a las palabras y a su sútil y ansiado encuentro con la mente podrían ser las hileras de letras que preceden a estas otras palabras que prosiguen la cascada infinita de caracteres que podrían aparecer.

De odas, de lírica, de magia a través de las palabras sabía mucho el maestro Pablo Neruda. Aquél que miraba una cebolla y le salía algo tal que así:

Cebolla, 
luminosa redoma, 
pétalo a pétalo
se formó tu hermosura...

De esa inmensa lírica que rodeaba a Neruda, se han querido contagiar (aunque solo sea un poco) los miembros del Club Radiofónico de Lectura y Escritura que han poetizado sobre el código de barras y sobre el papel, creando estas Odas Trascendentales.
 


Las palabras comienzan a salir con cuentagotas. Del colapso han pasado al pasmo. El grifo se cierra, el papel se acaba, la tinta ya se secó.

domingo, 1 de junio de 2014

Capítulo 13, año 100 d.J.Cortázar

El último sonido. La última palabra. El sabor de ese último punto. La esencia de una pausa. Ese blanco que sublima a esa pausa. Esa misma historia contada de una manera diferente. Ese Cortázar que empieza en Julio, sigue por Florencio y que desborda por Rayuela, que recorre Historias de Cronopios y de Famas y que persigue otras tantas obras del encantador de laberintos textuales.

Un centenario después de su nacimiento. Del nacimiento de un niño que solo sabía leer y escribir y que a los nueve años ya conocía lo que había detrás del ejercicio creativo de escribir una novela. De romper el paisaje de un folio en blanco y agujerear con sus palabras los témpanos que el silencio quiere siempre reinar.

  • Punto de Fuga Cortázar por Moisés Suárez
  
El hombre que vivió a caballo entre su talento y la falta de tiento de una época marcada por la falta de reconocimiento que se le otorgaba a la literatura sudamericana y que decidió inmolarse junto a otros expedicionarios de la palabra como Vargas Llosa o García Márquez entre otros, en una explosión literaria con una onda expansiva que aún nos envuelve y tiene visos de mantenerse mucho tiempo en el ambiente literario.

  • El Cortázar de Carlos Neto

Entre tanta letra y elogio fútil al que no necesita elogios ya que todas y cada de sus palabras hablan bien de él, o al menos hablan, que ya es mucho de un escritor de tamaño músculo, el Club Radiofónico de Lectura y Escritura ha querido contribuir a honrar su figura y que además, si por casualidades de la Red, usted busca al maestro Julio Cortázar y cae en medio de este lugar, en medio de esta nada, pueda conocer otra visión, siempre humilde y liberada de petulancia pseudocultural ni borreguil, habremos ganado una silenciosa batalla solo rota por las ondas. Ondas, cierto, al fin y al cabo de todo iba esto. De ondas, de sonidos, de requiebros palabrescos que percuten este espacio. 

¡Escribir la radio, escuchar la literatura!