domingo, 3 de mayo de 2015

Capítulo II, del fecundo encuentro con un genio desconocido

El arte y sus artistas. Las sinuosas personalidades que se esconden tras la palabra arte son casi tan inarbacables como la palabra de cuatro letras capaz de cambiar diametralmente nuestra vida. 
Por ello, el acercarse, aunque solo sea sucintamente, a un "trabajador" del arte, suele ser siempre un ejercicio complejo que abordamos con la mayor humildad y delicadeza posible. 
Presentadas las dificultades del estudio que llevaremos a cabo en esta aproximación literario-radiofónica, el siguiente paso será presentarle a usted lector que escucha y escuchante que lee, quién se esconde tras el experimento. Él es Samuel Beckett

Puede que, pese a haber desvelado el nombre y apellido de nuestro protagonista, la incógnita sigue igual de latente ya que el de Irlanda se alimentaba, entre otras cosas, del desconocimiento propio y ajeno. 

En esta primera pieza, S.B., se erige como rastreador de fango capaz de sublimar lo fútil y de tenernos a usted al otro lado esperando lo que sigue y yo a este, realizando una presentación de la basura como núcleo temático de un artista. Lo siguiente es un audio y su opinión.



En este recorrido por la figura de Samuel Beckett, nos adentramos también en su versión del arte más sintética, que ostenta un récord creativo situando una obra de teatro en solo treinta y cinco fugazmente lentos segundos que convirtieron un aliento en una obra de arte tan transgresora como intensa. En una respiración, capta el alma escurridiza del arte, o al menos esa podría ser una interpretación.



Y sabedor que su tiempo es oro y que el que espera en muchas ocasiones desespera nos lanzaremos a presentar nuestro último audio, el postrero homenaje al señor irlandés de pelo blanco que encontró en el ahogo del alma el encuentro de su literatura. Samuel Beckett.

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